jueves, 15 de octubre de 2015

Curanderos


La iridología, la quiropráctica, la fitoterapia o la homeopatía, siendo consideradas como una alternativa a la medicina convencional, todavía no han podido probar estadísticamente su eficacia. Con atribuidos milenios de antigüedad, llevan décadas en la sociedad moderna pero sus resultados no logran despegarse de los índices de los tratamientos placebos. La fe y voluntad de sus pacientes sostienen un negocio solo justificado porque ofrece consuelo al desesperado.

Con nada que perder, estas medicinas extrapolan los males y las enfermedades al entorno de las personas, generando círculos de todo tipo: ambientales, emocionales, habituacionales... desde donde se focaliza el origen de todos los males. Por eso el primer paso de un tratamiento alternativo consiste mediante una adecuada palabrería en ganarse la confianza de un paciente por lo general desencantado, si no desahuciado por los otros médicos.

Hoy nuestros iridólogos, quiroprácticos, fitoterapeutas y homeópatas trabajan con modernas puestas en escena, sofisticados montajes con la tranquilidad que da saber que sus pacientes no tienen cura. Solo un título expedido en oscuros cursillos de dudoso reconocimiento los diferencia de los curanderos, sanadores y santeros. El resto lo aporta el paciente: enfermedad, confianza y mucho dinero.


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