jueves, 20 de diciembre de 2012

Tradiciones




Las tradiciones, cuando pierden sus referencias, se hacen perversas.

Indistintamente a su origen, todas las tradiciones son un acto irracional de identificación tribal. No existe ni pueblo ni cultura que no se defina por la transmisión de las tradiciones de generación en generación. El grupo que no respeta sus propias tradiciones da el primer paso hacia su extinción.

Por eso las tradiciones se oponen a los cambios, a las transformaciones; impiden la opción de evolucionar e innovar. Y también las tradiciones retiran el derecho a preguntar y a entender. Las sociedades que priorizan la defensa de sus tradiciones se inmovilizan, se retuercen sobre sí mismas y se asfixian.

De una forma u otra, las tradiciones se convierten en una verdadera perversión colectiva que marca el ritmo en el calendario a su antojo. No estaría de más potenciar la razón y el pensamiento para combatir este sinsentido.

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