lunes, 17 de diciembre de 2012

Opiniones



Las opiniones, cuando coinciden, se comparten y si no, se desprecian. Respetar, se debe respetar las leyes, a las personas… pero las opiniones, si no son compartidas no se pueden respetar. Hay que rebatirlas, rechazarlas.

Se confunde opinión con otros conceptos bastante próximos: análisis, diagnóstico, evaluación… que se diferencian porque todos se ciñen a un objeto y método de estudio. La opinión es un juicio emitido después de una reflexión y nunca se desprende de su esencia subjetiva. Es la persona emisora quien respalda con su propio prestigio la opinión. Dependerá de su seriedad, su experiencia, conocimiento del tema e incluso de la manera de exponerlo.

Cuanto más nos alejemos de esos puntos de referencia, también estaremos más lejos de una opinión y mucho más cerca de una ocurrencia, es decir, la primera idea, generalmente tópica y estúpida, que pronuncia una persona cualquiera. Cuando no tengamos opinión aprendamos de quienes la tienen porque las ocurrencias son totalmente prescindibles y evitables.

Así pues, cuando no compartamos la opinión de otro, despreciémosla; es lo que se merece.

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