miércoles, 19 de noviembre de 2014

Hipnosis


        Los científicos no llegan a un acuerdo respecto a la hipnosis. Se dice que hay tantas definiciones como hipnotizadores andan sueltos. Podríamos añadir que algunos siguen unas técnicas aprendidas y otros, por su misma manera de ser acaban hipnotizando a sus presas espontáneamente, sin esfuerzo.

        Existe una tendencia natural a dejarse hipnotizar. Muchas personas se quedan extraviadas mirando el movimiento del mar en una playa o del fuego en una chimenea. También puede ser el tono de voz, la cadencia de una frase o la profundidad de una mirada lo que provoque un estado hipnótico.

Hipnotizan así los grandes seductores en el amor. Saben lo que tienen que decir, saben lo que sus víctimas quieren escuchar. También lo saben los grandes embaucadores de la política, convertidos en guías y libertadores que presentan sus conocimientos como videncias. Una vez hipnotizado el electorado el acceso al poder queda franco y duradero.

Falta saber cuánto tiempo se puede mantener a la gente en un estado de hipnosis inducida. Porque luego, cuando alguien acierte con el típico chasquido de dedos, la hora de despertar y reencontrarse con la realidad puede ser un momento muy duro.


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