sábado, 9 de febrero de 2013

Caza




Matar por deporte.

Se reúnen bien temprano, entran en calor con la lumbre de la hoguera y un buen café, y, después de cargarse con suficiente munición, emprenden con sus perros la búsqueda de sus víctimas.

Cobrar una pieza, así llaman, acto cruel de matar por capricho. Poco importa el dolor y la agonía del animal alcanzado por un disparo impreciso. El cazador celebra su éxito, que no es más que un desprecio a la vida. Y es capaz de competir en compulsiva voracidad con los otros asesinos que le acompañan para ver quién tiñe más veces de sangre la tierra.

Al finalizar la temporada como macabro testimonio de su odio torturan y ahorcan aquellos perros que no respondieron a sus exigencias.

Sin escrúpulos se siguen federando y obteniendo licencias todos los años aprovechándose de una legislación trasnochada que califica este horror como deporte.

Despreciable.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

La caza no es deporte ni un arte. A esta altura, sólo implica el matar por entretenimiento. De sefuro, siempre aparecerán algunos que la justificarán, atribuyéndole, por ejemplo, razones "conservacionistas" o "ecologistas", en tanto, "escopeta al hombro" como signo de paz, pretenden "proteger" a los tiros a la madre naturaleza. En realidad, desde tiempos remotos, ésta ha podido autoregularse sin la "ayuda" de los humanos, los que sólo han contribuido a la extinción de numerosas especies. La crueldad no es arte ni cultura...

Ledesoh dijo...

Además de la socorrida excusa de llamarle deporte, existen otras como el control del número de especies en una zona... La caza fue un medio de subsistencia del ser humano en épocas pasadas, diferenció culturas y desarrolló el ingenio de nuestra especie. No obstante, eso no legitima que se siga practicando. Para mí sigue siendo un acto violento y un desprecio a la vida.