martes, 12 de febrero de 2013

Almas




Se ha podido calcular el peso de la energía vital que se libera en el último instante exacto de la agonía: 21 gramos. Los hay quienes con este dato piensan haber logrado presentar una prueba física de la existencia del alma.

Desde antaño al cuerpo se le reservaban los condicionantes físicos y los instintos, mientras que el alma, además de la eternidad, mostraba la esencia del individuo en su memoria, entendimiento y voluntad.

Esta alma de 21 gramos no convence al escéptico. Es un alma alejada de la neurología que sigue una línea de localización de nuestras actitudes y aptitudes en las diferentes áreas de nuestra masa encefálica.

Con todo, nos reconforta seguir creyendo en ella. Porque sabemos que se puede ver el alma de las personas simplemente mirándole a sus ojos.


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