Hoy
me han pasado la Guía breve no sexista
del lenguaje en el ámbito sanitario. No voy a comentar el grado de estupidez
que alcanza tanto por el desconocimiento del idioma -tiene una redacción torpe
e imprecisa- como lo retorcido de sus propuestas para solucionar aquellos
conflictos sexista que su obsesionada mente aprecia en el lenguaje.
Por
encima de esta guía hay un intento
deliberado de utilizar el lenguaje como un arma política y acentuar el control ideológico
sobre la gente, en este caso del personal dedicado a la sanidad. Y se hace de la
manera más descarada y dictatorial, registrando el contenido de informes,
normas y todo tipo de protocolos que necesite un mínimo de redacción. Con otras
palabras, esta guía es un arma capaz
de controlar el día a día de todas estas personas y catalogarlas según el grado
de aceptación y uso.
Además de Sanidad también tienen guías Educación, Justicia... En efecto, es un claro ejemplo de neolengua de Orwell: por la palabra al pensamiento.
Este uso pretendidamente no sexista del lenguaje es practicado con cansina insistencia en la política por los partidos que se autoabanderan con el progresismo de la izquierda. De todas formas la derecha política lo tiene muy fácil para neutralizar estas propuestas... simplemente con compartirlas. Si escuchásemos al Sr. Rajoy dirigirse a todos y todas los y las españoles y españolas... incluso parecería más de centro y aunque también parecería más estúpido, todo hay que reconocerlo.
Además de Sanidad también tienen guías Educación, Justicia... En efecto, es un claro ejemplo de neolengua de Orwell: por la palabra al pensamiento.
Este uso pretendidamente no sexista del lenguaje es practicado con cansina insistencia en la política por los partidos que se autoabanderan con el progresismo de la izquierda. De todas formas la derecha política lo tiene muy fácil para neutralizar estas propuestas... simplemente con compartirlas. Si escuchásemos al Sr. Rajoy dirigirse a todos y todas los y las españoles y españolas... incluso parecería más de centro y aunque también parecería más estúpido, todo hay que reconocerlo.
Pero
bromas al margen. Esto es más serio de lo que se puede uno imaginar. Porque no es
una propuesta... es una norma que se ha de cumplir allá donde la administración
está en manos de estos partidos. Partidos en los que detrás de su etiquetado de
izquierda subyace un fascismo peligrosísimo.
Menos
mal que en España la mayoría de la gente no lee, para bien o para mal.
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