miércoles, 30 de septiembre de 2015

Familia


         Intocable para los tradicionalistas, el valor de la familia como institución viene redefiniéndose desde los mismos orígenes de las civilizaciones. De entrada, el término ya tiene una dudosa etimología en latín haciendo referencia a todos los que convivían bajo un mismo techo, incluidos amos y sirvientes.

         Durante la España franquista y bajo la inspiración eclesiástica la familia se estimuló como célula de la sociedad, es decir, principio elemental con identidad organizativa propia y transmisora de los valores más preciados. Era el Estado y la Iglesia quienes inspiraban el orden y las referencias al pater familias dotado de una incuestionable autoridad reforzada por una fuerte tradición.

         Pero, al igual que a las instituciones estatales, los valores democráticos también llegaron a la familia. Y la autoridad familiar se sometió a la voluntad de sus componentes hasta acabar invirtiéndose el poder de decisión pasando a los hijos, gobernantes por mayoría absoluta en el parlamento doméstico de unos padres serviles que han reducido su labor educativa por dejación de funciones.

         Y una nave a merced de vientos alentados por antojos y caprichos nunca puede llevar buen curso. Una vez más los tiempos exigen una nueva redefinición en la que el principio de autoridad sea ejercido con la responsabilidad pertinente.



domingo, 27 de septiembre de 2015

Toponimia


Los nombres de lugar aportan una riqueza especial al idioma. Tras un topónimo se manifiestan aspectos tan variopintos como la imaginación popular, tradiciones y temas históricos. Se produce una curiosa relación entre el misticismo de la geomancia y la complicada nomenclatura de la geografía. El origen de cada topónimo merece siempre un estudio.

Cada lengua genera sus propios topónimos, ofreciendo una visión geocultural de la Tierra. Londres, Moscú o Casablanca refieren a London, Moskva y Dar el Beïda respectivamente. Flandes perteneció a España y en español conservamos los nombres de sus principales ciudades: Brujas, Lieja, Lovaina... Usarlos en holandés da muestra más de un desconocimiento, solo justificable por el desuso, que de modernidad como es el caso de Maastrich por Mastrique.

En España, además de cultura, la política según el topónimo elegido también marca ideológicamente al hablante. San Sebastián/Donosti, Orense/Ourense, Gerona/Girona... responden a derechas/izquierdas... herencia de un pulso entre gobiernos que en su día se creyeron dueños de los nombres. Confunden los nombres de la calles de la ciudad con el de la ciudad entera y en un alarde de torpeza lingüística así lo confirman en sus leyes.

Olvidan que un idioma no se puede gobernar y que la dimensión internacional de la Lengua Española, hablada en más de 30 estados del mundo, está por encima de estas disputas locales.


jueves, 24 de septiembre de 2015

Decimonónicos


        Llevamos varios pontificados en los que los medios oficiales apuntan hacia una renovación de la Iglesia en un esfuerzo para adaptarse a los tiempos actuales, demasiados confusos para una institución regida por septuagenarios con inspiración decimonónica. Irónicamente insisten en que se proyecta el espíritu revolucionario y reivindicativo de Jesucristo.

        Francisco I no se aparta ni un centímetro de esta corriente, por muy novedosos que quieran presentarnos sus comentarios y actuaciones. En cada una de sus intervenciones, al igual que todos sus inmediatos antecesores, sigue haciéndolo con varias décadas de desfase respecto al mundo laico.

        Descartando el principio de justicia social, donde también manifiestan bastante retraso pese a ser consustancial a su mensaje, para una mentalidad decimonónica sí resulta novedoso que se pida respeto para los homosexuales (aunque a su Dios no le gusta lo que hacen), o que los divorciados no sean tratados como excomulgados... pero siguen sin resolver temas profundos como la función secundaria de la mujer en la Iglesia. Para colmo, la primera vez que un prelado es acusado de pedofilia se produce un juicio interruptus por defunción.

Estos aún no han llegado a los años 80.


lunes, 21 de septiembre de 2015

Carpe Diem


Del lema renacentista que invitaba a aprovechar el momento en oposición a la mentalidad medieval hasta la interpretación que se le da en nuestros días hay mucha diferencia. Hoy se pide vivir el instante, sin observaciones, sin miramientos, sin reflexión.

El carpe diem actualizado llama al desenfreno sin atenerse a las consecuencias. Incita a dejarse llevar cegados por el capricho y los antojos negando las consecuencias. No solo hace referencia a las fiestas y diversiones. Por desgracia, también alude a los sentimientos y al amor. Por eso, en vertiginosa superficialidad, las parejas se montan al primer atisbo de atracción y se deshacen ante la mínima contrariedad. Un tributo a esa exigencia de ser permanentemente feliz jugando con todo lo que nos rodea en cada ocasión.

Esa voracidad festiva de todas formas acaba sucumbiendo ante el peso del tiempo, su principal enemigo. Las secuelas pueden hacerse esperar, pero siempre aparecen. Para entonces el recuerdo de épocas pasadas, cuando se vivió alegremente, torna aquella dulzura en acritud y generalmente en lamento por no haber sabido sacar provecho del tiempo debidamente.


viernes, 18 de septiembre de 2015

Apátridas


Si los apátridas uniesen sus voces y clamasen su universalidad con todas sus fuerzas acabarían derribando las fronteras hasta confundirlas con el suelo igual que las trompetas de las gentes de Josué con su estruendo derrumbaron las murallas de Jericó.

Nacemos desnudos y apátridas. Después el pudor nos viste y el miedo nos entrega a una tierra para que bajo el rigor de sus leyes y tradiciones nos absorba a través de sus raíces, nos inmovilice el cuerpo y bloquee el espíritu hasta anular la conciencia de ciudadano universal. Así, una vez integrados en una patria el corazón vibrará al son de un himno y los temores se cobijarán bajo el manto de una bandera tan estrecha y limitada que nos hará desconfiar de los que vivan fuera de ella.

Los apátridas se despojan de esa identidad artificial impuesta para recuperar un alma nómada que les permita sentirse más próximos al resto de los seres humanos, hablen, recen o vivan de maneras muy diferentes. Porque un apátrida entiende de lo que comparte y no de lo que le diferencia.


martes, 15 de septiembre de 2015

Legado


        Cualquiera de nosotros, llegada su hora, dejará alguna reliquia para los que le acompañaron en la vida. Solo ellos sabrán darle el valor que merece cada prenda: un anillo, una medalla, una foto dedicada... Pero frente a todos los objetos que podamos legar, más valiosas y más duraderas están nuestras frases, palabras de las que quien las reciba jamás se deshará.

        Da lo mismo que hayan sido escritas por autores consagrados o pronunciadas por desconocidos anónimos. Siempre se recuerdan dichos de los padres, de profesores, de amigos, de todos aquellos de los que se aprendió para afrontar la vida. Esa es la verdadera herencia que no necesita relicario alguno para guardar porque fue grabada en el alma.

Mientras que cualquier otro bien confirma la fugacidad de la vida y la tristeza de la ausencia, estas sentencias y reflexiones, hermosas enseñanzas recibidas en momentos puntuales con los años desafiando el paso del tiempo resuenan como un eco en la mente y hacen recordar el aroma vivo de los seres queridos o admirados con todo su encanto.

Porque el que transmite saber siempre sobrevive en sus herederos.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Refugiantes


         Cuando los que huyen de Siria dejen de acaparar las portadas de los periódicos y las televisiones seguramente sus graves problemas no se hayan solucionado. Igual sucede con los subsaharianos que tratan de saltar la valla de Melilla o los que prueban entrar en el Reino Unido por el túnel del Canal o los tunecinos y libios que flotan por Lampedusa o...

         Los medios de comunicación están orquestando la información. Dudo ya que sea al servicio de la noticia. Constantemente ofrecen unas dramáticas imágenes del caos del dolor que despiertan la reacción más humanitaria entre la sensible ciudadanía que responde con otro caos, el de las ayudas solidarias. En paralelo más caos, las guerras internas que destrozan a los países por un lado y la intervención de las potencias, cada una por sus propios intereses, por el otro.

         A todos estos anónimos protagonistas Juan José Millás prefería llamarles refugiantes. Refugiado propiamente refiere al que ha encontrado refugio, es decir, que ha logrado un sitio donde estar a salvo. Pero aquí, lo sabemos, se está muy lejos de dar con la solución. Ellos siguen huyendo del terror; ellos, por lo tanto, siguen siendo refugiantes en nuestra conciencia.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Aceitunas


         Cuentan de Calos III que en una visita a Segovia le hablaron de un ciudadano que era el orgullo de su población. El rey, el mismo que había fundado la Real Academia, organizado los primeros museos con la idea de transmitir la cultura al pueblo y erradicar la superstición se interesó por conocer a tan popular personaje. Y fue ahí su sorpresa cuando en un alarde de puntería y alentado por el regocijo de sus paisanos el famoso segoviano escupió huesos de aceituna acertando en tinajas a una considerable distancia. Entonces el rey sentenció tráiganle dos arrobas de aceitunas más y que siga practicando  para marcharse sin perder más tiempo.

         De eso hace mucho, pero la gente sigue admirando esas habilidades inútiles, fruto más del aburrimiento que del ingenio. Constantemente se organizan exhibiciones, concursos y premios. Han alcanzado tanta popularidad que se han convertido en el medio de vida de muchos y en una industria productiva para un sector de la sociedad. Las televisiones reúnen a disparatados concursantes e incluso hay una publicación que oficializa los records más absurdos. Mientras los programas culturales se refugian en las cadenas minoritarias y sobreviven en la intempestiva nocturnidad.

Hay que reconocer que Carlos III fracasó en ese aspecto. Habrá que seguir repartiendo más aceitunas.



domingo, 6 de septiembre de 2015

Lágrimas


En la cálida noche de verano invadía la estancia de Machado a través de su ventana una triste copla que hacía llorar a la guitarra. Y plañían sus cuerdas con los acordes de esa melodía sin que el poeta supiese que el silencio también hace llorar.

Nacen las lágrimas de solo sentimiento, sin necesidad de pasar por la razón. Nacen del sollozo y del gemido solitario frente a la luna, lejana y esquiva, altiva y señora. Lágrimas vertidas de pura pena y de vacío, de desconsuelo y dolor. Nacen las lágrimas porque ya no queda nada más dentro.

Junto al llanto en la soledad más profunda solo queda la única compañía de las lágrimas. No se puede ver a través de las lágrimas, ni tampoco comprender. No sirven para eso. Las lágrimas asoman, ruedan y dibujan en el rostro la tristeza eterna hasta que se precipitan rendidas al lamento. Solo eso.

Cuando el alma necesita acariciar una mejilla se transforma en lágrimas.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Señales


         Hay un tipo de supersticiosos que ven señales por todas partes: un encuentro fortuito, un objeto que se rompe, un reloj que se detiene a una hora determinada... Ven presagios por todos sitios.

         Generalmente, según su interpretación, muchos de esos sucesos anuncian desgracias. Inevitables desgracias. Estos pobres agoreros deben de sufrir algún maleficio, porque el futuro se les revela encriptado y solo son capaces de entenderlo cuando ya todo ha tenido lugar. Entonces caen en la cuenta de lo que el destino les quería adelantar pero para lamento suyo no supieron adivinarlo ni tomar las precauciones debidas.

         Hay otro tipo de señales que no anticipan el futuro sino que reflejan un presente. Más que señales son indicios que llevan asociados unas consecuencias casi implícitas. Son pura lógica. Quizá de tan obvias y palpables por sutiles nadie les hace caso y acaban cumpliendo con su irremisible destino.

         Atentos, pues, a esas señales porque si las tratamos con acierto podemos prevenir frustraciones y desencantos, especialmente cuando hacen referencia a las relaciones entre personas. No es una adivinanza.